Su historia y significado son más antiguos de lo que pudiésemos imaginar, por lo que te invitamos a seguir leyendo para develar las claves de este hermoso emblema de la navidad.
El sol es sinónimo de luz, calor y energía, así que los pueblos de la antigüedad consideraban al astro rey como un dios. El invierno significaba que este había enfermado, por lo que se realizaban ritos y fiestas para celebrar su pronta recuperación.
Para estas ceremonias incluían plantas y árboles perennes; es decir, que permanecían verdes todo el año, ya que representaban fertilidad y nueva vida durante los largos meses invernales. Egipcios, romanos, vikingos y celtas, todos pueblos paganos, llenaban sus casas y templos con este tipo de vegetación como un recordatorio que pronto sus tierras de cultivo volverían a reverdecer.
Un viejo dicho reza “si no puedes con tu enemigo, únete a él”, y esto precisamente fue lo que, al pasar el tiempo, hizo el cristianismo al no poder erradicar esta costumbre pagana. Así que la adoptó y transformó agregándole un simbolismo doctrinal vigente hasta nuestros días.
Nuestro moderno árbol de navidad surge en la Alemania católica, donde los devotos comenzaron a llevar árboles de hoja perenne a sus casas para celebrar la navidad. Para ese momento, la lista de adornos para decorarlo incluyó manzanas, nueces y pan de jengibre.
Posteriormente, estos fueron sustituidos por esferas y formas de frutas elaboradas en vidrio soplado a mano. Así mismo, se le atribuye al fraile Martín Lutero el haberle incorporado la primera iluminación en forma de velas encendidas. De allí en adelante, esta tradición del árbol de navidad cruzó las fronteras alemanas y se esparció por todo el mundo, convirtiéndose en sinónimo de estas fiestas.
Además de simbolizar el misterio de la Nochebuena, el árbol de navidad representa el valor de la vida, la cual es eterna como sus ramas perennes, y que el afecto, la amistad, la fraternidad y el perdón constituyen sus partes sustanciales.
Los adornos actuales que usamos para decorar el árbol de navidad igualmente tienen un significado profundamente cristiano. Las esferas o bolas hacen alusión a los dones conferidos por Dios a los hombres. Aquellas en azul representan las oraciones de reconciliación, las de color rojo aluden a las peticiones, las doradas encarnan las alabanzas que la familia ofrece a las personas que les hicieron bien durante el año, y por último las plateadas simbolizan oraciones de agradecimiento.
Así mismo, la estrella comúnmente en la punta del pino representa la fe que debe guiar nuestras vidas, y hace alusión directa a la Estrella de Belén que guió a los tres reyes magos. Los lazos son símbolo de la unión familiar y de la amistad, y las luces iluminan el camino de la vida a través de la fe, el amor y la sabiduría.
Por otra parte, los obsequios debajo del árbol de navidad simbolizan los dones recibidos durante el año, por los cuales sentimos gratitud. Así mismo, desde el punto de vista cristiano, representa a Cristo, el regalo supremo que Dios confirió a la humanidad.
Esperamos que en estas navidades, cuando enciendas tu árbol te contagies de la pluralidad y el regocijo que encierra esta tradición; del verdadero espíritu de vida, amor, paz y alegría que ella abarca.