Las plantas que caen con gracia y elegancia desde lo alto son de gran visibilidad, por lo que aportan un inmediato bienestar emocional al reconectarnos con la naturaleza y ayudarnos, entre otras cosas, a calmar el estrés de la ciudad. Te invitamos a seguir leyendo este post para que descubras los 4 pasos esenciales para empezar a disfrutar de tus plantas colgantes.
Antes de colgar tus plantas es conveniente que consideres la ubicación que les darás. Como regla general, ha de ser en áreas de bajo tránsito, a objeto de minimizar cualquier tipo de accidentes. Además de estar bien sujetas, debes asegurarte un fácil acceso a ellas, con lo cual no sólo facilitarás las labores de riego y mantenimiento, sino que podrás escoger variedades que requieran irrigación más frecuente.
Ya atendidas las consideraciones iniciales, podemos proceder a escoger las plantas que se ajusten a nuestro gusto, espacio y necesidades. Entre las más vistosas y populares se encuentran: la cinta o malamadre (Chlorophytum comosum), el potos (Epipremnum aureum), la planta rosario (Senecio rowleyanus) y la amplia gama de helechos, entre otras.
Los próximos pasos a seguir son aún más gratificantes, pues integran las observaciones y decisiones previas en nuevos matices de color y texturas que crearán puntos focales para transformar tu espacio sin restarle metros. Aquí escogeremos entre la amplia variedad de macetas y maceteros la que se ajuste a nuestros deseos, y elegiremos el método para colgarlas que mejor contribuya a lucir y engalanar a nuestras plantas colgantes.
Una buena elección de la maceta hará que la planta en alto luzca aún más sus atributos naturales. Dependiendo de la decoración, además de las elaboradas en barro o plástico, podremos elegir entre macetas de fibra natural para un estilo boho chic, en formas geométricas y elementos metálicos para estilos minimalistas o industriales, o simplemente blanca para cualquier carácter.
El cuarto paso consiste en colgar tu planta, y para ello te recomendamos el macramé, un tipo de tejido manual que aporta un maravilloso efecto decorativo. Las piezas de soporte para las macetas pueden ser compradas o elaboradas en hilo de cáñamo, de algodón, de lana, nylon o simplemente usando tiras de un material flexible y resistente. Un plus al uso de esta técnica es que si la aplicas tú mismo, te servirá como manualidad relajante.
También puedes colgar tus plantas en cestas de mimbre, en materos aéreos, o, si prefieres un toque más moderno, ubícalas en estantes flotantes.
Esperamos que esta guía haya sido de tu agrado. Recuerda que un jardín colgante siempre será una opción decorativa de mucho color que te vendrá muy útil a la hora de darle vida y color a tus espacios.