Con más de 2.500 especies, de múltiples colores, redondos, alargados, con o sin espinas, grandes o pequeños, con o sin flores, los cactus están aquí para quedarse como una excelente opción para dar vida a nuestros espacios. Ya que cada planta es única en forma y tamaño, estas deliciosas suculentas de tallo no solo aportan belleza e interés, sino que se adaptan fácilmente a cualquier estilo de decoración.
La palabra cactus proviene del griego “kaktos”, que significa planta puntiaguda o espinosa. Su nombre oficial como familia es Cactaceae y son plantas originarias de las zonas áridas y desérticas de las Américas. Allí se adaptaron a sobrevivir bajo intenso calor y mínima humedad, eliminando sus hojas y reteniendo el agua en sus tallos verdes y carnosos. Además, desarrollaron espinas para proteger sus reservas del preciado líquido.
A la hora de elegir una planta para el hogar las cactáceas ofrecen no solo una gran variedad de especies de dónde escoger, sino que además brindan grandes ventajas prácticas en comparación con otras opciones de matas decorativas. Quizá la más resaltante es que no necesitan de muchos cuidados. Debido a su origen desértico pueden pasar hasta dos semanas sin riego. Por otra parte, no requieren ser podados.
Los cactus para interiores son generalmente de reducido tamaño, estos pequeños pueden ser adquiridos a bajos costos, y además son fáciles de transportar y manipular, permitiéndonos variar la decoración de nuestros espacios y salir de la rutina visual.
Desde el punto de vista de la decoración las cactáceas pueden ser agrupadas de acuerdo con nuestras circunstancias y necesidades. Si queremos embellecer exteriores elegiremos aquellas de mayor tamaño, como el nopal o chumbera, mientras que para interiores preferimos los tipos de dimensiones discretas, como las del género Gymnocalycium, que crecen de 4 a 15 centímetros de diámetro. Igualmente, si tenemos niños pequeños alrededor lo más sensato será escoger una variedad sin espinas.
Entre las especies más buscadas para decorar hermosos rincones se encuentran: las Ferocactus, Opuntia, Mamillaria y la ya mencionada Gymnocalycium. De estas te reseñamos cuatro para usos en interiores.
Cactus agua dulce
Es una planta originaria del pueblo de Agua dulce al noreste de Paraguay, e igualmente se consigue en Brasil, Uruguay, Bolivia y Argentina. Su nombre científico es Gymnocalycium friedrichii, y puede alcanzar hasta 10 centímetros de altura.
Con su exquisito tallo color verde oscuro con bandas inconfundibles, y sus flores rosadas, puedes lucirlo en cestas trenzadas de fibra natural, en el piso o colgado, para darle un toque original y despreocupado a tu habitación.
Cactus alas de ángel
Por su reducido tamaño, el cactus ángel resulta ideal para adornar pequeños jardines, o espacios íntimos tales como un rincón, una mesa de noche, un escritorio o la estantería de una biblioteca. Además, podemos potenciar la belleza de esta especie mexicana, colocándolo en macetas blancas, grises o negras.
Su nombre científico es Opuntia microdasy, y también se le conoce con los nombres comunes oreja de conejo, nopal cegador o nopalillo cegador. El rasgo que lo distingue son las pencas verdes en forma de pala redonda u oreja.
Cactus araña
A diferencia de otras especies, el redondo Gymnocalycium bruchii o cactus araña prefiere un sitio bien iluminado, pero a la semisombra. Con su tallo en forma de globo y blandas espinas, esta variante argentina puede desarrollar numerosos brotes laterales para conformar una vistosa colonia de hasta 15 centímetros de diámetro.
Al igual que el alas de ángel, esta variedad es ideal para dar un toque personal a los espacios pequeños, en especial formando una seguidilla combinándola con otras especies, en una repisa vertical u horizontal.
Cactus injertado
Ciertos cactus pueden desarrollar zonas de su tallo de diferentes colores, tales como amarillo, anaranjado, purpura o rojo. Esto no es capricho. Se debe a una mutación que impide que una parte de la planta desarrolle pigmentos verdes. Tal es el caso del Gymnocalycium mihanovichii variegata o cactus injertado. Debido a la alteración cromática, esta especie genera fantásticas posibilidades al momento de decorar. Inclúyelas en sitios inesperados como el baño, el recibidor o en la cocina, y añadirás un toque decorativo de sorpresa para tus visitantes.