Llamada en el antiguo Egipto “la planta de la inmortalidad”, la sábila era una de las preferidas de la legendaria reina Cleopatra, quien las utilizaba como ingrediente regular en sus tratamientos de belleza por considerarla excelente para mantener la piel brillante, hidratada y saludable. Si te intriga saber más sobre esta maravillosa planta, acompáñanos hasta el final de este artículo para enterarte de cómo aprovechar la Sábila para decorar.
A pesar de qué existen 500 especies de sábila, tanto pequeñas como de gran tamaño, la más común encontrar es aquella con el nombre científico Aloe barbadensis miller. Esta hermosa planta nos ofrece hojas gruesas, en forma de lanza, de color verde y que pueden alcanzar hasta 60 cm de largo y hasta 15 cm de ancho.
En cuanto a sus cuidados, la sábila, al igual que todas las suculentas, conserva agua en sus hojas, por ello es conveniente limitar su riego al momento en que el suelo se seque completamente. Con referencia a la luz solar, conviene acercarla a una ventana iluminada, y mantenerla al sol indirecto para evitar quemar su piel.
Además de sus conocidas propiedades curativas en el tratamiento de afecciones de la piel, la sábila nos ofrece un encanto muy versátil para dar vida a ese rincón particular en casa. Sus hojas picudas, carnosas y con bordes dentados son perfectas para introducir frescura en cualquier estancia, bien sea el baño, la terraza, la cocina o la sala de estar.
Frecuentemente, vemos la sábila plantada en macetas de terracota, y esto se debe a que su porosidad contribuye a mantener una humedad óptima para las raíces, evitando que el agua se estanque. Sin embargo, a la hora de decorar las opciones de maceta y macetero son amplias.
Para añadir una dosis de estilo boho, por ejemplo, puedes optar por sembrar tu sábila en una maceta de plástico, y colocarla a su vez en una canasta de mimbre, rata o tela tejida. De esta manera obtendrás un look especial, y al mismo tiempo protegerás las canastas de la humedad.
La maceta en hormigón es otra alternativa elegante y de moda, que puedes aprovechar en espacios tanto amplios como reducidos. Adquiere varias pequeñas, siémbralas con diminutas sábilas, y úsalas para decorar estantes, repisas, escritorios, y hasta tus centros de mesa.
Combinando la sábila con otras suculentas de menor tamaño, como por ejemplo la echeveria, puedes crear un hermoso motivo decorativo, colocando la aloe vera al centro y las más pequeñas a su alrededor. Para mayor riqueza visual, incluye plantas de varias alturas, e igualmente agrega una suculenta colgante, que puede ser alguna variedad de senecio.
Si deseas animar una pared o rincón frío en blanco, gris o café, agrega una sábila y un cuadro vistoso para lograr un efecto revitalizador. Si además escoges una especie trepadora, como la aloe ciliaris, gozarás de hermosas flores rojas y brillantes para agregar un colorido aún mayor.
Igualmente, la sábila es muy útil para decorar espacios vacíos como la repisa de la ventana o alfeizar, alrededor de esculturas, o simplemente entre muebles muy separados de la sala de estar. Así mismo, colocada en el pasillo de entrada o el recibidor, especialmente en combinación con otras suculentas, aporta calidez y frescor.
Esperamos que este post te haya inspirado a incorporar la sábila para decorar tu hogar. Recuerda siempre que las plantas son seres únicos que nos aportan serenidad y felicidad en nuestras vidas.