Además del gusto inigualable que proporcionan, las plantas comestibles cultivadas en casa ofrecen ventajas adicionales sobre las adquiridas en tiendas y supermercados. En general, las caseras se conservan por mayor tiempo, e igualmente, ya que han sido sembradas y cosechadas en el hogar, proceden de una fuente confiable, libre de químicos. Por tanto, son productos orgánicos y por ello seguros para el consumo familiar.
Otro de los puntos a favor de las plantas comestibles para cultivar en casa es que la mayoría son fáciles de plantar y mantener. En el caso de las hierbas, solo necesitas una ramita o esqueje de la planta madre, abundante luz solar y agua regularmente. Mientras que para los vegetales requieren semillas y un riego adaptado a las necesidades particulares de cada especie.
Si deseas iniciarte en el fascinante mundo de las plantas comestibles para cultivar en casa pero no sabes por dónde comenzar, sigue leyendo esta entrega en la que no solo te ofreceremos nuevas sugerencias de variedades de matas fáciles de sembrar, sino también consejos de cómo plantarlas y mantenerlas.
Lo primero a definir es qué tipo de hierbas o vegetales te conviene cultivar. Puedes decidirte por aquellos que usas con mayor frecuencia en tus recetas, o bien plantar los que son más difíciles de conseguir en el supermercado. Para el propósito de nuestro post, nos concentraremos en la primera opción.
Orégano
Es por excelencia la hierba reina de las cocinas griega e italiana, y un condimento indispensable tanto en las salsas a base de tomate como en la pizza. Aliado insustituible del queso mozzarella, igualmente añade un toque de sabor especial a las carnes rojas, el pollo, pescado y ensaladas.
Aunque puedes partir de semillas, una manera sencilla de sembrarlo es a través de una ramita de la planta, ya que de esta forma crece más rápido y la planta final será una copia fiel de la madre. Toma un esqueje de 15 centímetros, y retira todas las hojas del extremo inferior. Sumérgelo en un recipiente con agua fresca hasta que crezcan las raíces, y luego plántalo en macetas, en un espacio con mucho sol.
Perejil
Es una planta aromática originaria de Cerdeña, cuyo nombre científico es Petroselinum crispum. Es una de las más valoradas y utilizadas, no solo en la cocina mediterránea, sino también alrededor del mundo. Además de ser rica en vitamina A, C y K, el perejil mejora el sistema cardiovascular, e igualmente reduce los niveles de azúcar en la sangre. Así que, agrega una cucharada de esta maravillosa hierba en tus platillos para obtener todos sus beneficios.
Para sembrarlo, igualmente nos valdremos de tallos seleccionados de una planta madre, pero esta vez sumergidos en un recipiente de cristal con agua del grifo previamente hervida, a objeto de eliminar el perjudicial cloro. Luego, los mantendremos allí hasta que crezcan sus raíces. Recuerda cambiar el líquido frecuentemente hasta ser plantado en su sustrato final.
Tomate
Si bien, el tomate es un ingrediente esencial de toda cocina, especialmente en la mediterránea, resulta curioso notar que realmente proviene de los Andes peruanos, de donde su cultivo se extendió hasta llegar a Centroamérica, México, y de allí a Europa.
Para comenzar a cultivarlo, el procedimiento resulta sorprendentemente sencillo. Primeramente, te recomendamos escoger variedades pequeñas, como el tomate cereza, o el tipo ciruela, y asegúrate de adquirir un fruto maduro, de origen 100% orgánico. Extrae sus semillas, y ponlas en un espacio seco a la sombra por 4 días. Una vez secas, las puedes plantar en una jardinera o maceta, o bien guardarlas herméticamente para sembrar más tarde.
Cilantro
El Coriandrum sativum, o cilantro, es una de las principales plantas comestibles para cultivar en casa, ya que es una hierba extremadamente versátil en la cocina, con usos en todo tipo de preparaciones, bien sea sopas, ensaladas, salsas, guisos, carnes, jugos, panes, y un sinfín de platos.
Además, el cilantro posee maravillosas propiedades curativas, como antiinflamatorio, digestivo, expectorante, y así mismo ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. Más aún, es un poderoso aliado para eliminar los metales pesados acumulados en el cuerpo.
Para plantarlo, utiliza la técnica de esqueje, siguiendo las indicaciones que hemos señalado para el orégano, y recuerda que las hierbas aman el sol. Así que asegúrate que reciba al menos 4 horas de luz solar directa, rotando la maceta para que cada parte de la planta reciba la misma cantidad de sol.
Esperamos que esta segunda entrega sobre plantas comestibles para cultivar en casa te haya gustado, y que te motive a experimentar el placer de cocinar algo que hayas cultivado.